AElohim. Todas las personalidades quedan atrás.
Hermanos y hermanas, al igual que nosotros, nos encontramos en la esfera astral elevada donde todos los nombres y todas las personalidades quedan atrás. Con cualquier nombre os evocamos y con cualquier nombre somos evocados, en un pulso de amor y conciencia que palpita al nivel cercano de seres que ya no necesitan más personalidades planetarias. Sí necesitan sentir como un hálito de vida, la cercanía, la pertenencia y el vínculo de la alianza con el Maestro de maestros y con la Fuente que todo lo anima en el devenir de un nuevo ciclo. Es lo que toca y os toca… y desprendidos de los apegos mundanos, sintiendo la desidentificación del ser para conectar con el SER.
La nueva misión emerge con claridad en la gran red de frecuencia crística que sostenéis, apoyáis, defendéis con vuestra presencia y convicción, y, sobre todo, permitís… permitís que suceda todo aquello que esta inmensa fuerza del Cristo y de los cristos impregna toda existencia en el global planetario.
Desde el punto minúsculo de luz activado en Egipto está vuestra semilla, vuestro nudo, vuestro vacío y punto cero. Y desde allí, dando energía y dándoos energías, elevad la frecuencia y sostened la energía colectiva de cristos en acción, de amor en acción. Vuestro pensamiento, unido en el más alto nivel espiritual que alcanzáis, crea y cocrea enlace con los maestros especialistas de ascensionar, de ascensionamiento planetario. Ellos toman la semilla que sois vosotros y la cuidan para que dé sus frutos. Visualizad y sentid la legión de seguidores de la verdad Crística de Amor universal, sentíos pertenecer y dejar que suceda sin más. Encended una gran luz que os dará luz sanadora para los necesitados de vuestro entorno, en especial la gente malhumorada, amargada de la vida, desesperanzada, deprimida… Dad luz a los niños, a los jóvenes y a los ancianos que se van, para que la gran melodía del equilibrio en amor suene y resuene como una risa de ángeles en acción.
Este nuevo juego de creación es y será común a todos los grupos de llamada en misión. Cristo es para la tierra, y la hora del Amor redentor llama a la puerta de todos los seres que habitan, habitaron y pronto habitarán en la amada y pequeña Tierra que deja su rastro de miserias y evoca su nueva canción cósmica en un Consejo de mundos superior: ¡Aleluya en el amor!
Ángeles del séptimo cielo,
AElohim
